En la actualidad existen en Argentina diversas empresas que, con el apoyo tanto del Gobierno Nacional como de los gobiernos provinciales respectivos, se dedican a la construcción de importantes parques eólicos.
La energía eólica se basa en a utilización del viento como energía primaria. Este ha sido un recurso usado desde tiempos remotos en diferentes partes del mundo y para diferentes propósitos.
En Argentina su utilización para el bombeo de agua ha sido muy común en la zona rural, adaptándose a las más diversas condiciones climáticas del país. Los molinos para bombeo de agua, ya sea para riego, bebederos de ganado, etc. se difundieron en el país desde el siglo pasado, constituyendo, aún hoy, un paisaje común en la zona rural de las provincias argentinas.
El desarrollo de la energía eólica constituye una de las prioridades de la Argentina en materia de fuentes renovables de energía. En la actualidad existen en el país diversas empresas que, con el apoyo tanto del Gobierno Nacional como de los gobiernos provinciales respectivos, se dedican a la construcción de importantes parques eólicos. Asimismo, la actividad está regulada por la Ley Nº 26.190 (Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía).
Las condiciones naturales óptimas para la generación de energía eólica –vientos constantes y uniformes en distintas partes de su territorio, principalmente en el sur argentino-, la creación de instituciones encargadas de promover el desarrollo de la actividad –como la Asociación Argentina de Energía Eólica (AAEE) y la Cámara Argentina de Generadores Eólicos (CADGE)-, y la fuerte inversión en proyectos eólicos –como la construcción del Parque Eólico Malaspina, en la Provincia de Chubut-, convierten a la Argentina en el lugar ideal para la producción de este tipo de energía renovable.